INFECCIONES OSEAS

Las infecciones óseas, u osteomielitis, son infecciones graves que pueden destruir el hueso y los tejidos circundantes. Estas infecciones pueden ser causadas por bacterias que ingresan al hueso a través del torrente sanguíneo, una herida abierta o después de una cirugía. La osteomielitis puede causar dolor intenso, fiebre, hinchazón y enrojecimiento en la zona afectada, y puede llevar a la pérdida de la función del hueso si no se trata adecuadamente.

El tratamiento de las infecciones óseas generalmente requiere una combinación de antibióticos potentes y cirugía. Los antibióticos pueden administrarse por vía intravenosa durante varias semanas para erradicar la infección. En algunos casos, puede ser necesario realizar un desbridamiento quirúrgico para remover el tejido infectado y muerto, y limpiar el área afectada. En situaciones graves, se puede necesitar la reconstrucción ósea o incluso la amputación para controlar la infección.

La rehabilitación después del tratamiento de la osteomielitis es esencial para recuperar la función y la movilidad. La fisioterapia puede ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad alrededor del área afectada. Es crucial seguir las indicaciones médicas y completar el curso completo de antibióticos para prevenir la recurrencia de la infección. Con el tratamiento adecuado y una gestión cuidadosa, muchas personas pueden recuperarse completamente de una infección ósea y mantener una buena calidad de vida.